💥 EE.UU. bombardea Irán: el conflicto salta al escenario global
Analizamos las implicaciones del ataque directo de EE.UU. a Irán y exploramos qué consecuencias puede tener para Euskadi en un momento crítico para la economía global.
El ataque lanzado por Estados Unidos contra Irán marca un giro decisivo en la crisis de Oriente Medio y abre un escenario lleno de incertidumbres, tanto en el plano geopolítico como en el económico. Analizamos en detalle las implicaciones de este ataque, desgranamos sus claves estratégicas y aterrizamos las consecuencias que podría tener para Euskadi en un momento de alta vulnerabilidad para la economía global.
🚨 ¿Qué ha sucedido?
La madrugada del 22 de junio, a las 2:30 hora local, Estados Unidos lanzó un ataque aéreo masivo sobre tres instalaciones nucleares iraníes: Fordow, Natanz e Isfahán.
Bombarderos furtivos B‑2 partieron desde Misuri y cruzaron el Pacífico, con escala en Guam, para lanzar bombas de casi 14 toneladas capaces de penetrar búnkeres subterráneos.
La operación buscó desmantelar el programa nuclear iraní y enviar un mensaje de fuerza tras los ataques israelíes de la semana pasada.
Es la primera vez desde 1979 que EE.UU. ataca directamente territorio iraní.
El líder de Irán, el ayatolá Jamenei, calificó el ataque de “acto de guerra” y prometió que “la respuesta será devastadora y ejemplar”.
🎯 Claves del momento
1️⃣El Estrecho de Ormuz en peligro
El Parlamento iraní ha aprobado una medida para cerrar el Estrecho de Ormuz, la arteria petrolífera más importante del mundo, por la que transita alrededor del 20 % del petróleo y gas global.
El cierre de esta vía generaría un problema de abastecimiento internacional y tendría un impacto directo en la economía global.
Irán también contempla la opción de atacar el transporte marítimo en la zona, mediante minas, el hundimiento de embarcaciones o la emisión de amenazas creíbles para paralizar el tráfico.
El general Esmail Kosari, de la Guardia Revolucionaria, subrayó que el cierre “está en consideración” y que “se ejecutará cuando sea necesario”. Sin embargo, esta decisión tendría un alto coste para Irán: su propio petróleo utiliza esta misma ruta, y bloquear Ormuz supondría arrastrar al conflicto a los estados árabes del Golfo.
👉 Las primeras horas tras el ataque han visto un repunte del crudo superior al 12%, y los mercados anticipan más subidas si el tráfico marítimo se ve afectado.
👉 Un cierre prolongado de Ormuz sería un golpe directo a la economía global, especialmente para China y Europa.
📌Irán también podría actuar en el golfo de Omán, que es la puerta de entrada y salida al Estrecho de Ormuz. Controlar o amenazar esta zona sería una forma de ampliar el radio de acción del bloqueo del estrecho.
2️⃣Implicaciones para la OTAN
La entrada de EE.UU. en una guerra abierta con Irán sitúa a la OTAN en una posición de enorme complejidad estratégica.
Aunque el artículo 5 del Tratado Atlántico no se activa por ataques a EE.UU. en operaciones no relacionadas con la defensa colectiva, un ataque iraní a bases, barcos o tropas estadounidenses en Europa, Turquía o el Mediterráneo podría arrastrar a la Alianza a un escenario de confrontación directa.
Muchos países aliados, como España, Italia, Alemania o Reino Unido, albergan infraestructuras militares clave que proporcionan apoyo logístico y de inteligencia para las operaciones en Oriente Medio.
Esto convierte a estos países en potenciales objetivos de sabotajes, ciberataques o atentados, aumentando el riesgo de que el conflicto se extienda más allá de la región.
Además, el conflicto erosiona el frágil consenso interno de la OTAN:
Algunos miembros temen verse arrastrados a una guerra que no responde a sus intereses inmediatos.
Otros, como Polonia o los bálticos, perciben el riesgo añadido de un choque indirecto con Rusia, dada su implicación creciente en el tablero iraní.
3️⃣El posible acuerdo con Rusia
Aunque se ha especulado sobre la posible firma de un acuerdo secreto de defensa entre Irán y Rusia en los días previos al ataque estadounidense, como parte de su creciente cooperación estratégica, es muy improbable que Moscú termine implicándose militarmente en el conflicto.
El Kremlin buscaría evitar poner en riesgo sus relaciones con Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos e incluso Israel, con quienes mantiene importantes lazos estratégicos, económicos y energéticos.
Es por eso que probablemente Putin prefiera mantener su equilibrio en la región y limitar su apoyo a Irán al plano diplomático y al suministro de material militar, evitando así quedar atrapado en una guerra que podría desestabilizar sus propias posiciones.
🔥¿Cómo puede responder Irán?
Según las declaraciones del ayatolá Jamenei, la respuesta iraní será contundente y se estudiarán distintas opciones para maximizar el impacto.
Irán podría lanzar ataques con misiles y drones contra Israel o contra bases estadounidenses en el Golfo, Irak o Siria, buscando golpear objetivos estratégicos sin cruzar el umbral de una invasión directa.
Es probable que ejecute los aprobados sabotajes o bloqueos en el Estrecho de Ormuz, mediante minas navales, ataques a petroleros o cierres temporales, con el fin de asfixiar la economía global y presionar a Occidente.
Otra posibilidad es el uso de ciberataques contra infraestructuras críticas de Estados Unidos, Israel o sus aliados, empleando su probada capacidad en guerra cibernética.
Teherán podría activar a sus aliados regionales, como Hezbollah en Líbano, las milicias proiraníes en Siria e Irak o los hutíes en Yemen, ampliando el conflicto por la vía indirecta. Aunque esta es una posibilidad real, hay que tener en cuenta que muchos de estos aliados se encuentran actualmente debilitados tras años de conflictos, sanciones y operaciones militares en su contra, lo que limita su capacidad de acción.
Existe la opción de una venganza diferida: Irán podría optar por represalias en frío, en una fecha posterior, como ha hecho en otras ocasiones. El ministro de Asuntos Exteriores, Seyed Abbas Araghchi, ha advertido de “consecuencias duraderas” tras la decisión de atacar de Trump.
También podría buscar dividir el frente diplomático occidental, intensificando sus esfuerzos por aislar políticamente a Estados Unidos y explotando las diferencias entre Washington y sus aliados europeos. Esto podría materializarse en campañas diplomáticas, mediáticas y en organismos internacionales, presentándose como víctima de una agresión ilegítima y buscando ganar apoyos o simpatías en foros como la ONU.
Y aunque menos mencionada, la amenaza de ataques terroristas o acciones encubiertas en territorio estadounidense no puede descartarse, según alertas emitidas sobre un entorno de amenaza elevado y advertencias de posibles actos “motivados por sentimientos antiestadounidenses”
¿QUÉ CONSECUENCIAS PUEDE TENER PARA EUSKADI?
Las consecuencias económicas a medio y largo plazo que tendrá la escalda en Oriente Medio aun no están claras, pero los efectos a corto plazo ya se están notando. El incremento del precio del petróleo parece inevitable y eso tendrá consecuencias en precios de materias primas y productos finales. Los territorios cuyo peso industrial sea mayor verán dañada la competitividad de sus economías.
El bloqueo del Estrecho de Ormuz encarecería el precio del petróleo que llega a Euskadi.
Se calcula que entre el 13 y 18% del petróleo que llega a España y Euskadi tiene su origen en Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí e Irak. Los efectos para Euskadi serán importantes.
El suministro de petróleo y sus derivados (gasolina, plásticos) en Euskadi no parece estar comprometido.
La industria vasca es especialmente sensible a variaciones del precio del petróleo por su dependencia del combustible fósil, en especial las industrias siderúrgica, automovilística y química.
Este incremento del precio del petróleo puede afectar a la competitividad de la industria vasca que ya estaba sufriendo a consecuencia de diversos factores a nivel global (competencia desleal china). Además hay que recordar que la tregua arancelaria que mantiene EE.UU con Europa termina en 2 semanas, con lo que la afectación a esa competitividad sería aun mayor.
Un segundo efecto indirecto perjudicial para la industria vasca serían las consecuencias del conflicto sobre socios comerciales como Alemania, Francia y China. En concreto, la industria manufacturera del país asiático sufriría especialmente el bloqueo de Ormuz, teniendo que incrementar el precio de sus productos importados (equipos electrónicos y maquinaria, principalmente) que son fundamentales para la industria de Euskadi.
Esta inestabilidad Oriente Medio podría devolvernos a un escenario inflacionista, de perdida de competitividad y comprometer los planes de reindustrialización en los que están inmersos tanto Euskadi como Europa.
En un contexto global de tanta inestabilidad, la mirada geopolítica es fundamental para anticipar acciones y tejer alianzas regionales que permitan ganar peso en el tablero geopolítico.