Los datos de tolerancia hacia la inmigración en Euskadi
Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, hemos querido analizar con datos cuál es la situación de la opinión pública vasca en relación con este asunto.
Hemos tomado como referencia los datos del último barómetro de Ikuspegi (Observatorio Vasco de Inmigración) y datos demográficos de EUSTAT.
La población inmigrante cada año representa un porcentaje mayor sobre el total de la población vasca y en 2022 alcanzó casi un 12%. El crecimiento en las últimas dos décadas es significativo y supone un cambio social de calado.
Poniendo en relación este aumento de llegada de personas inmigrantes con el saldo vegetativo, se aprecia el impacto que está suponiendo para Euskadi este fenómeno durante los últimos años. Es el saldo migratorio lo que hace que la región no pierda población (a excepción del año 2020 por su particularidad). El saldo vegetativo es negativo desde los peores años de la crisis y si no fuera por el contrapeso que supone la llegada de personas inmigrantes, Euskadi habría perdido población.
Esta realidad también impacta en los datos de natalidad. Así, en 2020 el 29% de los niños y niñas que nacieron en Euskadi eran de ascendencia extranjera. Es decir, casi 1 de cada 3 niños y niñas que nacen en la región son vascos de segunda generación.
Los datos demográficos de las últimas décadas indican, por tanto, que Euskadi ha experimentado un cambio importante en relación con la población extranjera. En ese sentido, los datos de opinión pública indican que la sociedad se ha adaptado a este cambio social y la tolerancia hacia la inmigración crece cada año. Por ejemplo, es un consenso creciente que los niños y niñas de madres extranjeras sean considerados como vascos y vascas. Así lo cree el 92% de la población.
Sin embargo, el último barómetro de Ikuspegi apunta que, aunque la mitad a la población vasca cree que en el futuro no se generarán conflictos en la gestión social de esta diversidad, los datos indican que una parte de la sociedad duda sobre cómo puede evolucionar esta cuestión. El 28% cree que se generarán problemas mientras que el 14% no lo tiene claro.
El Observatorio elabora un Índice de Tolerancia a partir de opiniones y actitudes de la sociedad vasca sobre la población inmigrante. La puntuación no ha parado de crecer desde 2012 y en 2022 se encontraba en su punto mas alto, indicando que somos cada año más tolerantes. Sobre esta cuestión, el informe del barómetro de 2022 apunta la relación entre tolerancia hacia la inmigración y dinámicas económicas que explica la evolución de los últimos años:
“Los resultados obtenidos en el Índice de Tolerancia a lo largo de los años han estado muy sujetos y muy relacionados con las dinámicas macroeconómicas, de forma que a períodos de expansión económica han correspondido puntuaciones más altas y a fases de crisis se han asociado pérdidas de confianza y menor tolerancia hacia las personas de origen extranjero. Esta asociación se produce en sociedades que se encuentran en fases tempranas de inmigración y de diversidad cultural, como es el caso vasco.”
Una de las conclusiones que se extrae del barómetro es que la sociedad vasca no ve la inmigración como un problema y considera que los efectos de esta sobre la economía y la cultura son positivos. El 80% de los encuestados cree que su presencia enriquece la vida cultural y el 77% cree que los inmigrantes permiten que “la economía funcione mejor al ocupar puestos de trabajo que la población autóctona no quiere.”
Sin embargo, las mayores preocupaciones de la sociedad vasca en torno a la población inmigrante siguen girando en torno a las amenazas hacia el estado de bienestar. A pesar de ello, tal y como se apunta en el informe del Observatorio:
“La sociedad vasca rechaza un sistema de protección social únicamente para las personas autóctonas y considera que tanto la educación pública como la sanidad son derechos universales.”
Asimismo, en lo relativo a supuestos de convivencia hay datos significativos que indican ámbitos de mejora. El 29% de los encuestados evitarían vivir en un barrio en el que vive mucha población inmigrante y el 22% intentaría que su hijo/a no tuviera una pareja de origen extranjero. Además, persisten algunos rumores y estereotipos sobre la inmigración como que aumenta el machismo, generan inseguridad o que se benefician del sistema de protección social.
¿Cómo son las personas con actitudes reacias hacia la inmigración?
El Observatorio clasifica al conjunto de la población vasca en tres grandes grupos: personas tolerantes, personas ambivalentes y personas reacias a la inmigración. Estos últimos tienen puntuaciones más bajas en el Índice de Tolerancia y suponen un 10,6% del total de los encuestados. Es decir, es el grupo minoritario. Sin embargo, resulta interesante ver cuáles son las características sociodemográficas de las personas que componen este grupo para comprender en qué espacios de la sociedad vasca sobreviven las actitudes más negativas hacia la inmigración.
Grupo reacio: este grupo se asocia significativamente más que los otros dos por estar compuesto por personas de 45 a 64 años, residentes en capitales, con estudios primarios, erdaldunes, personas católicas no practicantes, de ideología de centro o derecha, nacionalistas españolas, con sentimiento identitario más español que vasco, insatisfechas con su situación económica actual, personas en paro, de estatus medio o bajo, ni pesimistas ni optimistas, con normales o malas expectativas de futuro, personas con relación media o alta con personas de origen extranjero en el ámbito público, sin relación en el ámbito del ocio y muy afectadas por la COVID-19.
En definitiva, Euskadi ha experimentado un cambio social de gran calado durante los últimos 20 años al recibir un número tan importante de personas inmigrantes. A pesar de lo acelerado de ese cambio, la sociedad vasca parece ser consciente de que se trata de un proceso social dentro de una dinámica global y cada año presenta opiniones y actitudes más positivas en relación con este grupo de la población. La posición reacia a las personas inmigrantes es minoritaria y se corresponde a un grupo sociológico muy concreto que percibe este cambio como una amenaza a su bienestar y a su identidad.